Nací en Alexandria, Teleorman, Rumanía, siendo parte de una cultura humilde, en una familia muy trabajadora.
Desde muy pequeña escuchaba las discusiones de mis padres, las cuales, en su gran mayoría eran por falta de dinero.
Era una situación muy triste para una niña, pero eso me ayudó a ser totalmente autónoma, trabajadora y consciente de las necesidades de mi familia.
Cuando cumplí 16 años, mis padres se separaron y volvieron a rehacerse sus vidas, mientras mi hermano y yo nos vimos solos en el mundo.
Después de años dando vueltas en varios trabajos como comercial y vendedora, me he empleado en un taller textil donde he aprendido el oficio.
Pero hubo un acontecimiento, subieron los salarios en Rumania, y como consecuencia, los dueños de la fabrica cerraron y se cambiaron a otro país donde la mano de obra era menor.
Eso fue determinante para mí porque tomé la decisión de cambiar mi vida e irme a otro país, porque me parecía injusta la corupción y la mala calidad de vida que tenían las personas trabajadoras.
Como mi hermano llevaba 2 años en Fuenlabrada (Madrid) y estabilidad económica, pudo ayudarme hasta que he encontrado trabajo.
Mientras he aprendido el idioma, he trabajado como irregular limpiando casas y cuando pude arreglar mi residencia, he trabajado en restaurantes, mientras estudiaba nutrición.
A los 27 años, me separé y como amo mucho el mar, he decidido venir a Valencia a vivir.
Hice mi primer intento de negocio, como asesora en nutrición, en un piso mal ubicado, donde estaba haciendo estudios nutricionales a mujeres que querían bajar de peso.
Obviamente a los dos años… fracasó, dejándome muchas deudas por solventar.
Me he dado cuenta que aunque tendría la mejor profesión si no sabía comunicarla al mundo, si no era experta en ventas, nunca tendría éxito. Entonces me cayó el “20”. Y entendí que mi mejor opción era el Marketing.
Porque si yo sabía vender de verdad, nunca me faltaría dinero en el bolsillo.
Y empecé a trabajar de nuevo en restaurantes, para poder sostenerme económicamente y además pagar las deudas del anterior negocio fracasado.
Ahora, tenía que luchar con la peor dificultad a la que me había enfrentado:
Darte cuenta de que tu identidad está dañada y tu mentalidad es limitada es cruel y difícil de aceptar, pero cuando tocas fondo y te das cuenta de que ya no puedes caer más, no hay otra opción más que comenzar a subir.
Empecé a estudiar con mucho entusiasmo, leía un libro en 2 tardes, pedí dinero prestado y me inscribía a todo tipo de cursos y masters con los grandes del Marketing como Juan Merodio, Vilma Nuñez, Ivan de Benito, Romuald Fons.
Invertí miles de euros en aprender métodos y técnicas del marketing digital, para lograr mis objetivos de éxito tanto profesionales como personales que mejoraron mis estándares de vida. Los bancos fueron mis mejores aliados.
Comencé a transformar la vida de muchos emprendedores, incluyendo a directivos de empresas. Después de alcanzar mi equilibrio, encontré la manera de aplicar mis talentos para algo más que solo crecer económicamente: Ayudar a las personas.
Pero como las oportunidades llegan a nuestra vida cuando estamos preparados para verlas, en este proceso he conocido a mi mentor Mauricio Benoist, que me fascinó con su historia.
Gracias a él he entendido que… La Conducta Humana es el pilar de todo esto, ya que tener un equilibrio influye en las emociones y capacidad para lograr más.
Ahora mi sueño y mi compromiso es tan grande, que enseño su propia metodología de la Maestría de Ventas con PNL, avalada por el Centro de Investigación de la Conducta Humana, donde trabajan científicos, para brindar herramientas más filtradas, funcionales y con procesos validados.
Con personas que ya están logrando resultados tangibles en el ámbito personal y profesional, sigo trabajando sin descanso en ayudar a más y más emprendedores a superar sus dificultades en el mundo del marketing.
Muchas personas me preguntan:
¿Cómo has logrado una transformación tan relevante desde cuando has llegado a Valencia hasta ahora?
Lo primero, es entender que no importa de donde vienes. Todos podemos asumir la responsabilidad y cambiar la interpretación de nuestra historia; pasar de ser víctima a ser protagonista de nuestras vidas.
El resto, lo determina tu nivel de conformismo y la cantidad de horas que inviertes en tu proyecto.